Más allá de la importancia subjetiva que cada uno le pueda arrogar, es innegable la trascendencia que tiene el fútbol como fenómeno cultural que atraviesa y en muchos caso unifica a buena parte de la humanidad. Toda cuestión que despierte tal pasión tiene una potencia gigante, que puede utilizarse para cosas negativas o positivas, como en este caso. La vida de Mohamed Salah se enseñará en las escuelas de Egipto como una materia más, para inspirar a los chicos.