El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania trajo también sus consecuencias, las menos relevantes, desde ya, al mundo del deporte. La final de la Champions League 2021-2022, estipulada para el 28 de mayo, debía jugarse en San Petersburgo. Sin embargo, la UEFA decidió que no se lleve a cabo allí y que se traslade a París.

Las sedes de las finales del torneo más importante de clubes en Europa se definen con bastante anticipación. No es habitual que se modifique durante el transcurso del torneo mismo el sitio donde se disputará la final, aunque también sucedió en el 2020, como consecuencia de la pandemia. Ese año se cambió la ciudad anfitriona preestablecida, Estambul, y se jugó algunos partidos de octavos de final hasta el duelo decisivo en Lisboa.

En este caso, el estadio elegido por la UEFA es el Stade de France. Se trata de una cancha moderna pero con mucha mística desarrollada. Se inauguró para el mundial de Francia 1998 y fue sede entre otros duelos del partido inaugural y de la final, en la que el local le ganó 3 a 0 a Brasil con una actuación memorable de Zinedine Zidane y levantó su primera Copa del Mundo.

Además, fue sede de la final de la Champions League en el 2000, en el triunfo del Real Madrid 3 a 0 sobre el Valencia y en el 2006, cuando el Barcelona de un joven Lionel Messi, que para el duelo definitivo estaba lesionado, derrotó al Arsenal por 2 a 1.

Desde Rusia manifestaron una mínima queja por la decisión tomada. Dmitri Peskov, secretario de prensa de Vladimir Putín, afirmó que "es una lástima" la decisión tomada. "San Petersburgo habría ofrecido las condiciones ideales para la celebración de semejante festival futbolístico", aseguró.

La decisión tomada es un incentivo para Messi y sus compañeros del PSG. El plantel más poderoso del mundo tiene la oportunidad, en caso de llegar hasta la ultima instancia, de definir en su ciudad y con su gente.