Durante octubre del 2021, cuando se oficializó que el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, cuyo patrimonio supera los 360 mil millones de euros, había adquirido al Newcastle, todos en el mundo del fútbol esperaban un descalabro de gastos e incorporaciones fastuosas.

Sin embargo, eso no ocurrió. Por boicot de otros clubes, desconfianza de los jugadores, incapacidad para negociar o criterio gradualista, el nuevo rico realizó algunas contrataciones importantes, pero nada fuera del libreto habitual. Incluso, cambiaron al entrenador y trajeron a Eddie Howe, un DT con más proyección que currículum, que sólo tiene en su palmarés un título de segunda división.

El panorama de gastos obscenos y crecimiento meteórico con el que se había intentado instalar el terror de un nuevo club-estado dominante en el mundo nunca tuvo asidero, al menos hasta ahora. Porque sobre el cierre del mercado europeo, Las Urracas anunciaron la contratación de Aleksandr Isak en 70 millones de euros.

El delantero por el cual el club inglés pagó una cifra récord para su historia es sueco, pasó por el Borussia Dortmund, el Willem II de Países Bajos y viene de destacarse en la Real Sociedad. Todavía es joven y da la sensación de que tendrá un futuro mucho más brillante que su presente, que de por sí no es malo. En cada una de sus últimas cuatro temporadas convirtió al menos 10 goles y en la 2020/21, convirtió 17 en 44 partidos.

Isak fue señalado en reiteradas ocasiones como una suerte de sucesor de Zlatan Ibrahimovic, mucho más por su nacionalidad, su posición y sus características físicas que por su calidad técnica. Hasta su llegada, la operación más onerosa que había concretado el Newcastle había sido la incorporación del brasileño Bruno Guimaraes, que llegó desde el Lyon el año pasado.

Más allá de las espectacularidad del abultado número, no es una adquisición propia de un equipo que despilfarra. Es una apuesta por un futbolista joven, que todavía no tiene un nombre asociado a la elite del fútbol, pero que puede llegar a ese nivel y multiplicar su valor. De todos modos, parece mucho más la compra de un club en reconstrucción que la de uno que hace gala de sus millones.