Luego de algunas sanciones leves como la pérdida de la localía e incluso la posibilidad que se barajaba de eliminar de la Europa League al Spartak de Moscú, la FIFA fue mucho más a fondo. Se asesoró legalmente para no tener dificultades y no sólo eliminó al conjunto de la capital de la competencia sino que prohibió a todos los clubes y selecciones rusas de todas las categorías competir en torneos internacionales, ya sean continentales o mundiales.