Según la revista Forbes, Liberty Media, el holding dueño de los derechos comerciales de la F1, tiene un valor de veinte mil ochocientos millones de dólares. Esto la ubica como el imperio deportivo más valioso del mundo, con una repercusión mediática y económica sólo superada por los Juegos Olímpicos y los Mundiales de fútbol. El guarismo incluye no sólo la F1, sino también el equipo Atlanta Braves, de la MLB, o la Drone Racing League. Liberty superó a Kroenke Sports & Entertainment (12.750 millones de dólares), Jerry Jones, Fenway Sports Group y Madison Square Garden Sports.

En cuanto a la F1 en específico, vale, según Forbes, 17.100 millones de dólares. Luego de que la publicación económica Bloomberg filtrase una oferta (rechazada) del fondo soberano saudita para comprar los derechos comerciales de la F1, el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, declaró que el precio estaba “inflado” y pidió “sentido común” a la hora de una eventual venta, además de recordar que ‘No vendimos la F1, sólo la alquilamos’.

Lo cierto es que Liberty Media, que ha cuadruplicado en un lustro el valor de la F1, y no tiene planes de abandonar un negocio que parece seguir en crecimiento exponencial en Estados Unidos y, más en germen, en Extremo Oriente. Y, sobre todo, tiene conciencia de la importancia de promover el brillo deportivo para ganar más dinero, y no simplemente extraer ganancias, como en el último período (2009-2016) de Ecclestone en la FOM, que tantos perjuicios le causó a la máxima.