Suena casi ilógico, pero es tan real que estremece a muchos hinchas de Boca. Los fundamentalistas y los que no lo son tanto lo sienten. Es que la noticia es potente y hace tanto ruido, que no deja de generar cierto escalofrío. Impensado también, porque todo parecía sencillo de resolver. Aunque, por las diferencias entre las partes, se podría entender como lógico. Las cuestiones de egos e incompatibilidad que existen entre Juan Román Riquelme y los dirigentes de Boca -léase Daniel Angelici- juegan su papel. Se venció el contrato del N° 10 y oficialmente ayer dejó de ser jugador de la entidad de la Ribera. Así de simple, sin rodeos, su vínculo con el club está terminado, porque más allá de que muchas voces aseguran que finalmente se podría resolver favorablemente la continuidad de Román, lo concreto es que ya no es parte del plantel de Carlos Bianchi.

Las diferencias económicas resultaron determinantes en esta historia. La cotización del dólar es lo que los aleja, aunque muchos dicen que eso se podrá acordar en los próximos días. Pero nada es seguro en este universo de especulaciones y de una negociación tan sucia que no permite advertir cuándo todo puede llegar a buen puerto. Mientras Riquelme espera que algún dirigente lo llame para comunicarle que aceptan su pedido (que la cotización del dólar no tenga tope), quienes mandan en la entidad de la Ribera no dan certezas de si este pedido será atendido. Algunos aseguran que se negocia en silencio y que los dirigentes aceptarían no ponerle tope al dólar por un plazo determinado y después se estipularía un valor máximo. Pero demasiado se dice acerca de este acuerdo con el N° 10, aunque la realidad expone que Riquelme es jugador libre.

"La verdad que entiendo que la propuesta que se le hizo es la mejor del fútbol argentino. Román habló y aclaró que no era un problema de dinero. Yo creo que el tema del dólar no es un problema, por lo que él mismo dijo el día de su cumpleaños", explicó Carlos Aguas, el secretario general del club xeneize, en el programa Boca de Selección.

Pero más allá de las palabras de Aguas, que son idénticas a las que suelen expresar César Martucci, el vicepresidente del departamento de fútbol, y el propio Angelici, el lunes 30 de junio 2014 quedará marcado como el día en que Riquelme dejó de pertenecer a Boca. Porque todos esperaban que el acuerdo se firme por un año y medio, hasta diciembre de 2015, hasta el final del mandato de esta comisión directiva, sin embargo, nadie levantó un teléfono para resolver una negociación que lleva más de un mes.

¿Alguien puede garantizar que esto se resolverá sin más demoras? Nadie y los antecedentes hacen creer que puede todavía dilatarse aún más. Porque en los pasillos de la Bombonera se escucharon frases como: "Hay momentos en el ajedrez en el que nadie se mueve. Hay que ver quién pierde".

Y la última renovación de Riquelme también fue interminable. En 2010, estuvo casi un mes y medio sin definición. En aquella negociación el impedimento para solucionar las diferencias era el plazo del contrato. Aquellos famosos cuatro años que había pedido el futbolista y que el presidente Jorge Amor Ameal estaba dispuesto a aceptar, no tuvo la aprobación de algunos dirigentes, en especial Daniel Angelici, que era tesorero. Se llevó el tema a una votación, ya que no podían ponerse de acuerdo. Incluso, aquella controvertida negociación desembocó en la renuncia de quien hoy es el presidente del club.

Las imágenes parecen repetirse, porque esta gestión para extender el contrato de Riquelme, también provocó diferentes opiniones en la comisión directiva y hasta desencadenó la renuncia del tesorero Jorge Sánchez Córdova, quien aseguró que no estaba de acuerdo con los términos que pretendía el jugador imponer para su nuevo vínculo.

También la escena se repite desde lo deportivo. Porque así como Riquelme se acercó el viernes último a la práctica de Boca para dialogar con Bianchi y el DT le permitió irse a su casa sin entrenarse, el 30 de junio de 2010, Román se había acercado a charlar con Claudio Borghi, el DT en ese período, y contó con todo el apoyo del técnico para no entrenarse hasta tanto no se resuelva su situación. Claro, en aquella oportunidad, no haber podido tener una buena pretemporada no le permitió una plenitud física a Román y las lesiones le quitaron continuidad. Ahora Bianchi pretende que eso no lo condicione a su capitán y por eso espera que se termine la negociación cuanto antes. Incluso, el Virrey ya habló con Angelici y Martucci para evitar que se siga dilatando el tema, quiere a Román cuanto antes.

Todos y cada uno de los actores juega sus fichas, por eso no es casual que Jorge Bermúdez, ex compañero de Riquelme, haya publicado en su cuenta de Twitter (@patronbermudez): "He estado en contacto con Román y él sigue esperando que Boca se interese por su continuidad, pero no recibe muestras de esa intención".

Una novela interminable y que parece no haber encontrado su desenlace. Al menos ayer, se estableció que Juan Román Riquelme se convirtió en jugador libre y que Boca, por ahora, no está en su horizonte.