El 17 de noviembre de 2001, con el país a punto de sumirse en una de las peores crisis de su historia, el fútbol argentino perdió a un gran personaje.

El Toto Lorenzo fue un técnico ganador que logró veneración en muchos de sus jugadores. Además, fue un gran maestro. De su boca han salido frases gloriosas, pero esta vez fue la que más lo identificó: “La gente sólo compra éxitos, porque no se detiene a conmoverse ante los que pierden”.