Independiente y Rosario Central empataron 0 a 0 en Avellaneda en un partido realmente malo. Es muy dificil contar el encuentro. Los dos son equipos de bajísimo vuelo, es complejo entender que hablamos nada menos que del Rojo y el Canalla, dos puntales de la historia del fútbol argentino.

Tal vez la mejor expresión es: nefasto. Lo de Independiente es horripilante. El nivel de los jugadores, la carencia de ideas, sin imaginación, las fallas infantiles, impropias de jugadores profesionales, no puede serse mas preciso.

Las dos únicas llegadas del primer tiempo y de todo el partido, fueron de Central, por errores defensivos del local, que salvó achicando, Sebastián Sosa. El resto del partido sobró.

El visitante jugó algo menos mal, solamente eso. En los de Avellaneda no funciona nada. El "Chuqui" Ferreyra, reciente incoporación para el centro del ataque, parece un amateur improvisado en el puesto. Iván Marcone hizo un digno partido, distribuyó bien un par de pelotas, pero sus compañeros arruinaron las jugadas.

Podrán llamar a elecciones, convocar un nuevo entenador con ideas brillantes, pero el daño esta hecho, el plantel esta destruido, es inviable.