No hizo un partidazo ni mucho menos  Independiente. Jugó mal. Fue un triunfo que vale oro, pero nada más. Con gol del "Chaco" Brian Martínez que entró en el segundo tiempo, Independiente cerró un partido aguantando y rechazando.

El primer tiempo fue parejo aunque Unión fue un poco más. No llegó mucho, salvo por un disparo del Cuqui Márquez en la puerta del área chica que conjuró el arquero Sebastián Sosa.

A poco de iniciado el segundo tiempo, los de Avellaneda metieron dos cambios que resultaron sustanciales: entró Martínez y entró Tomás Pozzo. Entre los dos, elaboraron unas pocas maniobras interesantes que pusieron a Independiente en control del partido.

En una perdida de Unión, Pozzo combinó con Roa en la mitad, el colombiano habilitó a Martínez con un hermoso pase tres dedos, el "Chaco" desbordó al defensor y metió un zurdazo letal, cruzado, arriba, al ángulo y 1 a 0.

Después perdió la pelota el Rojo y encima, perdió a Domingo Blanco que fue innecesariamente y ridículamente a pisar a un adversario ya dejar a los suyos con 10.

Los últimos 15 minutos, en desventaja numérica, Independiente se metió atrás, por momentos rechazando ordinariamente, todos metidos en su área, revoleaban la pelota sin destino. Cuando perdió a Blanco, el técnico interino de los Diablos, en lugar de sacar al centrodelantero Silvio Romero, que no había aportado nada en todo el partido y que es inútil para la contra por su lentitud, sacó a Roa.

Con ese cambio, Unión supo que Independiente no tenía forma de contragolpear y fue con todo. Independiente rechazó todo también. Y entre ordinariez y ordinariez, el Rojo volvió al triunfo después de cuatro partidos. Vale tres puntos es verdad, pero le falta una enormidad a los de Avellaneda.