La idea de Eduardo Domínguez parece haber comenzado a generar algunos chispazos positivos en Independiente. El Rojo mostró un nivel bastante más alto que en su debut y le ganó por 3 a 1 a Talleres por la segunda fecha del Torneo de Verano. Matías Esquivel abrió la cuenta para la T, Andrés Roa empató y Alan Velasco, el mejor de la cancha, marcó los siguientes dos tantos.

Durante la primera mitad se percibió una contraposición de lo que parecen ser los ejes centrales de las ideas de ambos entrenadores. Mientras que el equipo de Eduardo Domínguez apostó por jugar a un toque y presionar muy alto, el de Ángel Guillermo Hoyos buscó controlar más la pelota y manejarla con un criterio eminentemente cualitativo.

El trámite de esa etapa fue parejo, ambos tuvieron oportunidades de marcar y ambos explotaron sus virtudes positivamente. Sobre el final del primer tiempo, una mala salida del Rey de Copas, le dio el gol al conjunto cordobés. Junior Arias le quitó la pelota a Lucas Romero y Lucas González que se molestaron entre ellos y asistió a Esquivel, quien, a pesar de que la pelota le picó muy mal, la puso contra el palo derecho de Renzo Bacchia.

Pero, prácticamente en la última acción de la primera parte, el equipo de Domínguez empató. "Saltita" González ahogó en la salida rival, recuperó y cedió para Velasco. El 10 asistió a Roa, a quien se le generó el ángulo ideal para definir cruzado contra un palo. La presión del equipo de Avellaneda sería la gran clave del encuentro.

Ya en el segundo tiempo la diferencia fue mayor. Velasco se encendió definitivamente y a partir de haber crecido en confianza le ganó la pelota al rival y consiguió también manejarla mejor. A los 15, otra mala salida del conjunto cordobés generó el segundo tanto. Gastón Togni, uno de los atacantes muy bien predispuestos para salir rápido, capturó la pelota y cedió para la "Joya". El delantero no controló del todo bien pero a partir del estado de la cancha y de su engaño con el cuerpo, eliminó al arquero y al último defensor que cerraba y convirtió.

Seis minutos más tarde, en otro contraataque, Carlos Benavídez, de buen ingreso en el segundo tiempo, cortó un pase y entregó con gran precisión para el propio Velasco, que encaró a Guido Herrera, arqueó el cuerpo para sugerir un remate al segundo palo y definió con precisión al primero.

Independiente jugó un buen partido y marcó una diferencia notoria con respecto a lo hecho en el debut. Fue más que Talleres como equipo y tuvo una gran actuación de su mejor jugador, quien, por la necesidad de una dirigencia negligente, que requiere dinero fresco para tapar las ridículas deudas que contrajo anteriormente, parece próximo a irse bastante antes de explotar todo su potencial.