Independiente se impuso por  2 a 0 a General Caballero de Paraguay por la Copa Sudamericana, con goles de Leandro Benegas y Alan Soñora y mantiene de la expectativa de clasificarse a la segunda etapa.

El primer tiempo de Independiente fue espantoso. Frente a un equipo que acaba de obtener el ascenso en Paraguay y que marcha décimo en un torneo de doce equipos, no pudo llegar casi nunca y se vió incluso un par de veces en apuros en su propia valla. 

Solamente vislumbrada alguna esperanza cuando tomaba la pelota Domingo Blanco y se sacaba un par de marcas de encima, por lo demás, ni Andrés Roa, ni Gastón Torni, generaban absolutamente nada.

En el segundo tiempo el técnico Eduardo Domínguez metió dos cambios: ingresaron Tomás Pozzo y Alan Soñora y le cambiaron la cara a los de Avellaneda. No fue un partido memorable ni mucho menos, pero mejoró lo suficiente como para hacer lo que tenía que hacer: ganar con cierta comodidad.

Después de cierta zozobra en su arco que conjuró milagrosamente Sebastián Sosa, el Rojo empezó a ir e ir, y en un desborde por izquierda, el centro de Blanco se desvió en un defensor y el goleador Benegas, la empujó adentro.

Allí mejoró aun más Independiente, hasta que el Chila Márquez se la dio a Soñora que clavó un zurdazo extraordinario en un ángulo. Pudo hacer más goles Independiente, no lo logró pero consolidó el juego.

Poco, pero tanto para un Rojo devaluado, sin plantel, sin dirigencia y con un oscuro presente, que este triunfo colabora a diluir aunque sea un poquito.