Además de ser un reconocido actor, Ben Stiller, protagonista de películas como Mi novia Polly, Los Fockers o Una noche en el museo, es fanático del tenis. Y la mayoría de los torneos que se juegan en Estados Unidos, lo encuentran en las tribunas. Incluso se ha juntado con Diego Schwartzman, uno de los jugadores del circuito que más sigue. Sin embargo, parece que el actor tiene un defecto: habla demasiado.