A veces el fútbol sudamericano tiene un ritmo propio muy particular, un tanto lento en comparación a las mejores ligas del mundo. Pero el duelo entre Fortaleza y River tuvo la dinámica de los mejores partidos europeos, especialmente en el primer tiempo. En un muy entretenido partido igualaron 1 a 1 por la fase de grupos de la Copa Libertadores con goles de Silvio Romero y Enzo Fernández de Penal. Franco Armani fue esencial en el primer tiempo para sostener el resultado.

Fortaleza salió a buscarlo con furia por su imperiosa necesidad de sumar de a tres. El equipo brasileño prácticamente quedaba casi afuera sino ganaba e hizo honor a esa situación. En 5 minutos se puso 1 a 0 con un ataque feroz.

Lucas Crispim encaró con criterio y decisión por izquierda, luego de una buena salida que incluyó superioridad numérica con el arquero, se la dio a Lucas Lima y fue a buscar la devolución. El ex Palmeiras la tocó sutilmente por encima de la defensa del equipo argentino y Lucas Crispim en vez de definir sin ángulo, se la dio hacia atrás a Romero que entró solo para empujarla.

El partido se hizo muy entretenido porque ambos mostraron propuestas similares y muy interesantes: una presión descomunal sobre la salida rival, intensidad y ritmo muy alto. El Millonario encontró algunos espacios para meter pases largos y profundos que insinuaron lo que poco después pasó.

A los 17 Fernández le dio un pase delicioso a Tomás Pochettino que se desmarcó muy bien. Marcelo Benevenuto lo corrió, lo sujeto primero y luego se le cayó encima. El juez dio penal, el propio Fernández lo ejecutó con firmeza y convirtió el empate.

El partido continuó de manera atractiva, porque el local no se dio por vencido. Generó ataques veloces y directos tanto a partir de la tenencia de la pelota como de contraataque, por lo que cuando el equipo de Marcelo Gallardo empezó a afirmarse en el partido con la pelota, no dejó de sufrir en el fondo.

A partir de los 20 minutos comenzó el show de tapadas de Armani. Primero le sacó un remate a Moisés, que definió con mucho tiempo tras una gran jugada de Romero que dejó a David Martínez por el camino. Un rato después Martínez nuevamente despejó mal un centro, Lucas Lima la capturó y le quemó las manos desde afuera del área, pero el ex Atlético Medellín respondió muy bien.

Luego, nuevamente Lucas Lima generó una buena jugada, de derecha hacia el centro, encontró su perfil con pierna izquierda y sacó un gran remate. El arquero de River se estiró y sacó a mano cambiada. Pero, probablemente la mejor atajada, fue la última del primer tiempo. Lucas Crispim se apuró y tiró un córner veloz al segundo palo. Felipe apareció solo y cabeceó a contrapierna de Armani, que otra vez se estiró y despejó.

El equipo brasileño hizo un despliegue físico infernal en la primera mitad, sostenido por jugadores de muy buena técnica en velocidad como Lucas Crispim, Lucas Lima y Moisés. Pero en la segunda mitad no pudo mantener esa dinámica abrumadora que había conseguido desbordar al equipo de Núñez.

River pudo acomodarse mejor, tener un poco más la pelota y bajarle un poco las revoluciones a un rival descontrolado, que dejó espacios en el fondo pero que atacó con una cantidad de hombres inusitada.

El equipo argentino de a poco se hizo más fuerte a partir del control y la tenencia precisa de la pelota, pero no tuvo grandes chances en ataque. Apenas una de Nicolás De la Cruz que utilizó a Esequiel Barco y a Julián Álvarez para armar una jugada por izquierda, se metió en el área y como no tenía pase, remató sin mucho ángulo.

Sobre el final el equipo de Juan Pablo Vojvoda retomó cierta vitalidad con algunos cambios, especialmente los ingresos de Welison y Renato Kayzer. Pero no le alcanzó para generar chances de tanta claridad como en el primer tiempo. De todos modos, Armani volvió a lucirse. En este caso no con atajadas ampulosas, sino con salidas rápidas para atorar a los rivales.

También hubo lugar para la polémica. Cuando quedaban poco más de 10 minutos, Renato Kayzer le quitó la pelota a Martínez sobre el sector derecho del ataque del equipo brasileño. Se metió en el área y desde atrás el ex zaguero de Defensa y Justicia se tiró con su cuerpo contra la cintura del atacante y lo derribó. El uruguayo Esteban Ostojich juzgó que no fue falta.

River sacó un punto valioso, por las circunstancias del partido, porque sigue en la punta del grupo y porque dejó en una situación complicada a un rival como Fortaleza, que a futuro puede ser un adversario muy difícil como lo demostró en este encuentro. Además, mantiene el invicto en Copa Libertadores.