En la F1, el que no llora no mama, y Toto Wolff, el jefe del equipo a salir perjudicado si este domingo en Abu Dhabi hay ‘autitos chocadores’, ya salió a atajarse. "Espero que la carrera [de Jeddah] tenga suficientes repercusiones para que todos aprendan de ella y se adapten para la carrera final en Abu Dhabi", alertó el jefe de Mercedes F1.

“No creo que el campeonato haya merecido un resultado influido por una colisión. En ese caso, confío mucho en el sistema de autorregulación. Dije (en Brasil) que estamos sentando un precedente, si no se está investigando, eso podría terminar realmente mal para el campeonato", añadió Wolff. "El coche más rápido con el piloto más rápido debería ganar el campeonato, y no eliminándose unos a otros", concluyó el dirigente austríaco, ahora que tiene el auto más rápido por primera vez en el año.

En la otra vereda también claman ‘por injusticia’. El domingo, el inefable Helmut Marko acusó a los comisarios de favoritismo hacia Mercedes. La verdad es que a lo largo del año los comisarios se han caracterizado por sacarse compromisos de encima, y, con esa intención por todo norte, han protegido a los dos aspirantes al título de sanciones mayores.

Para el domingo próximo, y vistos los antecedentes de todo el año, resulta difícil pensar que, en el momento de la desesperación, Max no intente ganar a los autazos, o que Hamilton intente alguna triquiñuela para dejarlo fuera de pista sin margen para que lo sancionen. Allí, la FIA no tendrá otra opción que optar por sancionar o no, y terminará definiendo el campeonato, jeringa a la que los comisarios le vienen esquivando el bulto, hasta el momento con poca gloria.

En este sentido, no hay que descartar un post carrera muy pero muy largo tras el GP de Abu Dhabi, con horas de rosqueo para definir una sanción que, inexorablemente, le dará el campeonato más caliente de la historia a uno de los dos.