Mohammed ben Sulayem se muestra estupefacto y azorado por la agresivamente mediocre y soberbia actitud de los equipos establecidos en la F1 en relación a la posibilidad de que Andretti (ahora, aliado con Cadillac) entre a la máxima. A horas de hecho el anuncio (por el que se congratuló el presidente de la FIA en su Twitter), referentes como Toto Wolff salieron a decir que los equipos tienen la última palabra y podrían rechazar el ingreso de Andretti, pese a que la FIA lo apruebe.

Todas las razones que invocan se reducen a una plausible (aunque de una gran cortedad de miras): que a corto plazo los equipos más chicos verán reducida la pequeña porción de la torta que reparte la FOM / Liberty Media, al repartirse los menos de mil cien millones de euros (grosso modo) entre once equipos y no diez. Pero hasta esa excusa suena barata, pues Andretti asegura los 200 millones de caución para mitigar esta pérdida inicial. Y, sobre todo, ignoran cínicamente que el ingreso de un gigante estadounidense como Andretti/Cadillac haría crecer exponencialmente los ingresos desde Estados Unidos, justamente el país que más hizo crecer los ingreso de la F1 en el último lustro (tras una vida de boicot y desinterés estadounidense por el Mundo FIA).

En este contexto, y en el marco de la sorda guerra entre la FIA ecclestonista y los equipos empoderados por los últimos y pésimos Pactos de la Concordia (que implican, al menos hasta 2025, que más de las dos terceras partes de lo que reparte la FOM se lo llevan los tres equipos más grandes), ben Sulayem ha insistido en que la F1 puede tolerar por reglamento hasta doce equipos, y enfatizó que la llegada de nuevas marcas sería positiva para el deporte.

"Tener una compañía como General Motors, una de las cinco más grandes del mundo... deberíamos animarlos en su interés en llegar a la categoría reina. Así me gustaría que fuese el futuro.  Por el otro lado, tenemos al equipo Andretti. Hay un proceso, debemos esperar y mirar a ver si son capaces de tener éxito y estar en la parrilla. Un OEM —fabricante— ayudará a mejorar la Fórmula 1 y no veo razones por las cuales no deberíamos dar la bienvenida a nuevos equipos, sobre todo a los estadounidenses. Tenemos tres carreras allí ya este año", graficó sin salir de su asombro por la actitud de los equipos europeos.

“Aceptamos buenos equipos, aunque sean pequeños, como es el caso de Haas. Esperamos que la cosa cambie y seamos capaces de tener una undécima escudería apropiada, ya veremos lo que pasa", concluyó ben Sulayem en una conferencia de prensa en el Vivac del Rally Dakar.

Por si esto fuera poco, Benjamin Durand, líder del proyecto Panthera Team Asia de F1 (ya rechazado en el último concurso de equipos), reiteró que insistirán en su objetivo, y se mostró convencido de que la F1 “puede tener 13 equipos. Puede haber tres candidaturas que cumplan los requisitos y podemos ser una de ellas". Sería un equipo asiático (después de la aciaga e híbrida experiencia de Caterham), enfocado en un mercado en rápido crecimiento para la máxima, aunque todavía casi completamente sin explotar (sólo se corre en Singapur, y China histeriquea con el calendario desde la pandemia).

Panthera sí sería un proyecto “sólo para participar, sin ambiciones”, que podría “comprar hasta un 70 por ciento del auto a diversos proveedores” y omitiría la costosa inversión en un túnel de viento, ya que, adujo Durand, son demasiado costosos, tienen cada vez más restricciones de uso y se sospecha que terminarán la década directamente prohibidos en pos del CFD (Análisis Computacional de Dinámica de Fluidos).

Mientras tanto, ya elaboran una academia para canalizar los talentos conductivos de Extremo Oriente hacia la cúspide de la Pirámide FIA. El colmo sería que los europeos aceptasen al humilde equipo Panthera y rechazasen a Andretti-Cadillac con las excusas aducidas (que no aportarían nada a la F1). Como el resultado dependerá de la política, resulta imposible apelar a la lógica para adivinar el resultado de este culebrón.