Estados Unidos es un país extraño para el Mundo FIA. Hasta que la serie de Netflix ‘Drive to Survive’ convirtió a la F1 en pasión de multitudes (adolescentes), la máxima se cansó durante décadas de fracasar perpetrando proyectos traídos de los pelos, como el GP de Las Vegas, armado por Bernie Ecclestone en el estacionamiento del Caesar Palace o el escándalo de las gomas Michelin en Indianapolis ya en nuestro siglo.