Pasaron esos tiempos de Schumacher en que Ferrari podía competir en el inicio de una temporada con el auto del año anterior y seguir ganando. Ferrari arrancó 2022 como el coche dominante, a tal punto que Verstappen se dio por desahuciado de la lucha por el título tras dos carreras... hasta que Red Bull adelantó las primeras mejoras (incluida, en Imola, una baja de ocho kilos en el peso del auto) y ganó dos carreras seguidas.

Si bien los abandonos de Max Verstappen pesan (hay más de una carrera de ventaja entre el puntero Leclerc y el campeón del mundo, que ya está segundo en el campeonato de pilotos), Ferrari, que había comenzado el año con una actitud reservada respecto de la presentación de novedades en el auto, ha apurado para el GP de Miami, que se corre el próximo fin de semana, el estreno del segundo motor (con aprovechamiento total de su potencia) y un alerón trasero de menor resistencia al avance.

El motor térmico podrá desplegar toda su potencia gracias a un upgrade de la unidad eléctrica (cambia el MGU-K, la centralita y la batería excelente estrenada el año pasado). El alerón trasero permitirá mitigar al menos la principal desventaja respecto de Red Bull: la velocidad punta. Son dos especificaciones fundamentales en un circuito con dos sectores rectos de casi dos kilómetros.

Para Barcelona queda la solución del principal problema que afronta la Ferrari 2022: el porpoising, que en Imola fue salvaje. Eso permitirá setear el auto con menor distancia al piso, y maximizar así el efecto suelo.