Finalmente, en 2023 se alcanzará (si las restriciones por la Covid19 en China no vuelven a decir lo contrario) el número máximo de carreras en un campeonato de F1: veinticuatro. Stefano Domenicali, CEO de Liberty Media y maestro exquisito en el arte de desdecirse y desmarcarse de las cuestiones que lo atañen sin ruborizarse, ahora dice que veinticuatro es el límite. 

Además, el calendario anunciado de sopetón por la FIA (en un nuevo capítulo de la liliputiense guerra fría en ciernes con Liberty Media) no desanda del todo el desastre del calendario 2022, el peor diseñado de la historia en un momento en que las cuestiones logísticas se encarecen como nunca en medio siglo.

"23 o 24 carreras es un buen número, pero no quiero discutir más. Los lugares se eligen en torno a este número. Hay muchos factores que se tienen en cuenta, pero el número de Grandes Premios está claro. A los 24,  se alcanza el máximo", puntualizó Domenicali. 

"El mercado pide este número de carreras. Solíamos tener 15 carreras, pero esa era una situación diferente. Hay mucho más interés ahora y, afortunadamente, será incluso mayor en el futuro”, se contradijo Domenicali nomás cambiar de párrafo. También valoró la división del calendario entre un tercio de carreras en Europa, otro en América y Oriente Medio y lo demás en Lejano Oriente, lo que muestra lo mucho que entiende de matemática el destructor de Ferrari: 11 (el número de carreras en Europa si se suma a Azerbaiyán al combo) no es un tercio de 24. 

Por otra parte, Domenicali ha admitido que le preocupa la brecha entre los punteros y el fondo de la fila en la F1 de este año, pensada para cerrar el gap entre la pole y el último en torno a un dos por ciento. Tras un comienzo de enorme paridad e incertidumbre, con cambios carrera a carrera en las jerarquías detrás de Red Bull y Ferrari, el abismo entre la punta y los demás no ha hecho sino crecer, con Mercedes mejorando mucho pero aún claramente en tierra de nadie y Red Bull oteado cada vez desde más lejos por Ferrari y todos los demás. 

Domenicali anunció “un análisis profundo” para entender lo que ha pasado a lo largo de la temporada y corregir ese creciente gap. “Necesitamos determinar hasta qué punto el rendimiento de los autos ha sido influido por las regulaciones o por problemas de confiabilidad y administración. Se necesita un análisis profundo para comprender qué causó tal brecha entre el primero y el último. Porque si miramos el ranking en su conjunto, vemos que detrás del líder hay batallas más reñidas que en el pasado. Quiero interpretar esto de forma positiva. Creo que en los próximos años la normativa reducirá aún más la brecha que existe actualmente entre el líder y los demás”, profetizó (algo lógico y que ocurre siempre en la F1 a lo largo de los ciclos técnicos: se lo llama convergencia tecnológica).

Sin embargo, Domenicali la vuelve a embarrar cuando dice que un capítulo clave en la búsqueda de la paridad dentro de la F1 pasa por el techo presupuestario, puesto en burla por Red Bull en la primera ocasión (que saldarán impunemente con dos títulos de pilotos y otro de constructores al caer). 

"Debemos asegurarnos de que quien supervisa el respeto del Reglamento Financiero se asegure de que todo salga bien. Sé que la FIA trabaja duro. Es un paso importante porque tenemos que asegurarnos de que todos los equipos han gastado la misma cantidad en el desarrollo de sus coches. Todo tiene que ser revisado y revisado. Este será el tema central de los próximos meses y aquí es donde también la credibilidad de este reglamento”, concluyó Domenicali en el exacto lugar en el que el mundo FIA está empantanado actualmente: cómo sancionar a Red Bull a un año vista de definido el campeonato 2021 sin quitarle credibilidad al deporte y sin que se haga añicos la abstrusa implementación del techo presupuestario. 

Mientras tanto, está claro que los ingenieros y abogados de la FIA que diseñan los diversos reglamentos han vuelto a orinarla abundantemente en lo que es su tarea específica, un mal endémico en la FIA desde por lo menos 2008. Allí está el núcleo del problema que le permitió a Red Bull invertir de más y pasar el exceso a un supuesto seguro de baja laboral por lesiones (en referencia al altísimo sueldo de Newey, baja durante varios meses por una lesión en bicicleta en 2021): un diseño de ítemes con montos globales mal definidos que permiten la burla al espíritu de esta norma.