Lamentablemente, el fútbol argentino estira cada día más el límite del ridículo. Los hinchas son cada vez más rehenes de situaciones tan insólitas como peligrosas y en este caso la que pagaría es la gente de Independiente. La APREVIDE analiza que el Rojo juegue su próximo partido como local ante Tigre sin público, porque avizora un supuesto enfrentamiento entre barrabravas.

El conflicto entre diferentes facciones existe. Volvió a dispararse de la mano de uno de los personajes más nefastos de la historia del club de Avellaneda, Pablo "Bebote" Álvarez, condenado a tres años y seis meses de prisión por extorsionar al DT Ariel Holan e investigado, junto a Pablo Moyano, hijo de Hugo y vicepresidente del club, en una causa aún no resuelta por asociación ilícita y defraudación millonaria.

Álvarez convocó mediante sus redes sociales a hinchas afines a él para retomar el control de la tribuna de Independiente. Tienen previsto reunirse en la entrada de la ex tribuna norte. Al mismo tiempo, César "Loquillo" Rodríguez, que fue ladero de "Bebote" hasta el año 2012, irá con su facción a la tribuna de enfrente, la ex sur.

Pero existe una tercera barrabrava en el club, aquella que nunca repudia a la gestión de Moyano y que canta sobre la gente que se manifiesta en contra de la actual situación institucional. La misma está conformada por mayoría de gente ajena al club. Si bien ningún barra puede llamarse hincha de un club, algunos tienen su historial como socios de una institución.

En este caso, esta facción violenta está compuesta por simpatizantes de otros equipos, que simplemente trabajan de barras de Independiente. Aún no se sabe que tribuna piensa asistir ese grupo y ese es el potencial foco de conflicto que divisa el organismo de seguridad.

Al mismo tiempo, la situación es llamativa. La APREVIDE depende del gobierno de la provincia de Buenos Aires, que es muy afín a Moyano. El presidente de Independiente ha sido muy repudiado durante los últimos partidos del equipo como local por la situación descomunalmente desastrosa en la que ha sumido al club. Incluso, en el último duelo frente a Racing debió esperar 40 minutos para abandonar su palco, aún así fue abordado por hinchas descontentos y debió apelar a su custodia personal y a la policía para irse.

Por eso, esta situación le viene muy bien. La Justicia de Buenos Aires, más precisamente el Juzgado N° 3 de Avellaneda, maneja con una lentitud pasmosa la causa en la que debe decidirse si una lista opositora puede o no competir en las elecciones. Mientras tanto, Moyano continúa en su mandato testimonial. Ahora, nuevamente se vería beneficiado por una decisión de un ente provincial.

En cualquier caso, el fútbol argentino atraviesa por una situación delicadísima. Si a tres días de un partido, el organismo encargado de la seguridad en una jurisdicción no tiene un mejor plan para controlar a los violentos que no permitir que ningún hincha vaya a la cancha, quiere decir que por el motivo que sea, la cuestión es casi terminal. Especialmente si se tiene en cuenta que ya los tiene identificados y conoce con datos exactos cuando y donde se reunirán,