Camino al Mundial, el gobierno Qatarí intentó plagar la ciudad de Doha de imágenes alegóricas, para intentar contagiarle a sus ciudadanos una fiebre por la máxima competencia futbolística que naturalmente, al menos por ahora, no ha surgido. Para ello, entre otras cosas, instaló algunas obras de arte alegóricas a hechos ocurridos en Copas del Mundo, pero una despertó polémica.

Se trata de una estatua de bronce del artista Adel Abdessemed que mide más de cinco metros y retrata el famoso cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi, que le costó al francés la expulsión en la final del Mundial de Alemania 2006. El árbitro de aquel duelo, que echó al astro del Real Madrid, fue el argentino Horacio Elizondo.

Sin embargo, la pieza no duró ni un mes en su lugar en las calles de Doha. Varios grupos religiosos manifestaron su oposición a la imagen que, según consideraron, ponderaba el odio y la violencia. La presión surtió efecto y la misma será removida.

Según confirmaron autoridades qataríes, será trasladada al Museo Nacional del Deporte, pero ya no tendrá su sitio en las calles, donde podía ser apreciada libremente por los hinchas. "No fue nada en contra del arte público. Tuvo que ver con que no estaba en el lugar correcto y va a ser reinstalada", aseguró Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani, presidenta de los museos de Qatar.

Aquellos hinchas que tengan la suerte de viajar al Mundial para ver la Selección Argentina no tendrán el placer de ver la famosa estatua en la calle, sino que tendrán que acudir para ello a un museo en específico.