El Real Madrid estuvo muy cerca de una caída histórica. Porque luego de ganar 3 a 1 ante Chelsea en Stanford Bridge y llegar con una ventaja importante al duelo de vuelta, estuvo 3 a 0 abajo en la vuelta y con un pie afuera. Finalmente, remontó, consiguió perder por 3 a 2 y se clasificó a la semifinal del torneo más importante de Europa. Mason Mount, Antonio Rüdiger y Timo Werner convirtieron para el visitante, mientras que Rodrygo y Karim Benzema descontaron para el local.

El conjunto londinense fue bastante más dominante que en el partido de ida. Sin embargo, no arrancó con tanto ímpetu. De hecho, durante los primeros minutos, el equipo español manejó la pelota. Pero, sin previo aviso, a los 15 el equipo de Thomas Tuchel se puso en ventaja. Ruben Loftus-Cheek combinó con Werner que casi se la llevó puesta con el pecho y asistió a Mount. El joven volante inglés no falló en el mano y la puso contra un palo.

El trámite siguió repartido en la primera mitad, aunque con mejor manejo de pelota a partir del tanto del conjunto visitante. Sin embargo, nada podía hacer prever lo que sucedería en la segunda parte. Allí, el equipo habitualmente de azul, que en este caso jugó de amarillo, fue una ráfaga y generó no menos de siete situaciones de gol.

De entrada salió con un empuje descomunal y en cinco minutos generó tres chances claras. Lo tenía al conjunto madridista acorralado contra su arco y finalmente llegó el segundo gol. De una jugada que no pareció ser córner, que fue lo que el árbitro cobró, Mount tiró un centro de la derecha y por atrás de todos Rüdiger metió la cabeza e igualó la serie.

Un rato después pudo llegar el tercero. El Chelsea sacó un contraataque veloz que condujo N'golo Kanté, quien cedió para Marcos Alonso. El español intentó tirar un centro pero Dani Carvajal lo bloqueó. El lateral visitante capturó el rebote y fulminó al arquero con un derechazo. Sin embargo, el VAR intervino y determinó que antes de patear a Alonso la pelota le había pegado en la mano, por lo que anuló el gol.

El Real Madrid intentó aprovechar la situación y dar una rápida respuesta anímica y casi lo logra con un cabezazo de Benzema que dio en el travesaño, pero todavía el partido le pertenecía casi exclusivamente a su rival.

Cuando quedaban 15 minutos, el club que todavía es propiedad del ruso Roman Abramovich dio un golpe que pudo ser decisivo. Werner recibió un pase por el sector izquierdo, enganchó e hizo pasar de largo a Casemiro, amagó y también pasó David Alaba y remató. Thibaut Courtois la tocó pero no la pudo desviar y la pelota se metió contra el palo izquierdo.

Todo parecía definido, el conjunto blanco no tenía respuesta, pero nunca es es prudente dar a algunos jugadores por muertos. Y Luka Modric es un paladín en cuánto a eso de hacer renacer a sus equipos de la más absoluta nada. A falta de 10 minutos puso un centro de tres dedos delicioso y dejó solo al recién ingresado Rodrygo que definió de volea. La serie se iba al tiempo suplementario.

En el tramo final la entereza mental pareció ser más importante que la física. Porque el equipo de Tuchel tiene jugadores más jóvenes y más recambio, pero el de Carlo Ancelotti prevaleció con los que estaban en cancha y con algunos buenos ingresos como el de Eduardo Camavinga.

A los seis del primer tiempo extra se hizo presente la gran dupla de ataque del conjunto local y el gran goleador de la actualidad. Vinicius Jr. desbordó por izquierda, tiró un centro y como casi siempre, quien apareció para poner la cabeza y darle a su equipo la ventaja en la serie fue Benzema.

El Chelsea intentó y tuvo algunas chances, como un tiro de Hakim Ziyech al primer palo que contuvo muy bien Courtois, de enorme presente. También pudo ser mediante un buen cabezazo de Kai Havertz que pasó cerca del palo izquierdo. 

La remontada histórica estuvo verdaderamente muy cerca. Pero a los gigantes no se le puede dar ningún margen de reacción. Tal como había sucedido ante PSG, quedó claro que para ganarle por Champions League al más ganador de dicho torneo hay que hacer mucho más que jugar un buen partido.