La Champions League regala año a año partidos cada vez más emocionantes, más atrapantes y mejor jugados. En un nuevo partido sublime, el Real Madrid, con una demostración de grandeza incomparable, le ganó 3 a 1 al Paris Saint-Germain, dio vuelta la serie en la que perdía 1 a 0 y se clasificó a los cuartos de final. Kylian Mbappé había puesto a los franceses en ventaja y Karim Benzema, con tres tantos, rescató a los españoles.

El encuentro se puede dividir claramente en dos partes: primer y segundo tiempo. Hasta los 15 minutos del inicio, el equipo local se paró muy alto en la cancha y ejerció una presión asfixiante. No le dejó tocar la pelota al rival y se hizo muy ancho para atacar y generar acciones de riesgo.

De todas maneras, el conjunto visitante tuvo también sus chances con dos muy buenos contraataques en los cuales Kylian Mbappé llegó por el sector izquierdo del área y no pudo terminar de cruzar sus remates.

Durante 10 minutos el PSG consiguió la pelota a partir del eje de Leandro Paredes, Marco Verrati y Lionel Messi, quienes empezaron a pesar en el partido, en el manejo de la pelota y construcción de jugadas, pero no lo pudo sostener. De todas maneras, en defensa tenía el partido controlado y en ataque tenía a un Mbappé inspiradísimo.

El rosarino tuvo una chance concreta en una de las pocas situaciones en las que dejó su rol en el mediocampo y se sumó a la línea de los delanteros. Combinó con Neymar, recibió la devolución y sin ángulo desde la izquierda la picó sutilmente por encima de Thibaut Courtois. La pelota no tomó dirección hacia el arco y nadie llegó a empujarla.

Y cuando el equipo local estaba lanzado en ataque en la búsqueda de empatar la serie, volvió a aparecer el mejor del mundo tal como en la ida. Dani Carvajal perdió una pelota compleja y Neymar envió un pase largo. Mbappé le ganó a Éder Militao en velocidad y encaró a David Alaba, única e insuficiente oposición. Lo midió, le hizo creer que iba a buscar el segundo palo y remató fuerte al primero. Courtois no tuvo la mejor respuesta y el equipo parisino se puso en ventaja.

En la segunda parte, la necesidad del Madrid lógicamente lo expuso y ya desde temprano Mbappé tuvo sus chances de liquidar la historia. De hecho convirtió un gol bien anulado por fuera de lugar con un amague sobre Courtois que realmente era para cerrar el mismísimo Bernabéu.

Cuando las esperanzas del equipo de la capital española empezaban a desaparecer, el arquero Gianluigi Donnarumma cometió un error grosero y lo puso en partido. Recibió un pase atrás presionado por Benzema, tardó muchísimo en decidir y dio un pase hacia la nada muy riesgoso. Vinicius, la rescató, asistió hacia atrás y el propio 9 convirtió el empate y el descuento en la serie.

Ese golpe cambió la historia del partido y del torneo. Anímicamente el equipo blanco recibió un impulso gigantesco y empujado por su gente fue por el segundo. Con ese ímpetu, Vinicius se encontró un rebote luego de un pase de Benzema y completamente solo en el área chica la tiró por arriba.

A falta de 15 la épica empezó a hacerse presente en un estadio de mil batallas. Luka Modric frotó la lámpara y puso dos pases asombrosos en la misma jugada. El primer largo a Vinicius, quien se demoró y no definió. PSG recuperó y la jugada parecía diluirse, pero la pelota le volvió a quedar al croata que entre las piernas de Presnel Kimpembe filtró una pelota descomunal para Benzema, que concretó tan implacable como siempre.

Pero la cosa no quedó ahí: el equipo francés sacó del medio, la perdió y llegó el tercero del Real Madrid. Vinicius corrió, enganchó y otra vez la perdió, pero el cierre de Marquinhos, hacia adentro, quedó suelto en el área y, de primera, el tremendo Benzema definió con cara externa contra el palo. Una ráfaga tan soñada como majestuosa.

El conjunto visitante no tuvo más reacción. Sucumbió ante la tenencia de un equipo gigante que incluso con un plantel cerca del ocaso muestra una capacidad que pocos tienen en el mundo para jugar esta clase de partidos.

Mbappé que había hecho una primera mitad descomunal y Verrati que era el dueño del equipo, no volvieron a participar del partido tras el error de su arquero. Lo mismo le sucedió a Messi que jugó un buen primer tiempo y en el segundo solamente ejecutó un buen tiro libre que se fue cerca cuando el partido se moría.

El PSG mostró que a pesar de haber incorporado jugadores de carácter y trayectoria no pudo escapar a los mismos problemas que ha tenido en toda su historia moderna: falta de temple en momentos pesados. Las consecuencias de este golpazo no se harán esperar.

El Real Madrid dominó hasta el final del encuentro casi sin pasar sobresaltos. Incluso se floreó con la pelota y hasta pudo convertir algún gol más. El equipo con más peso internacional del mundo volvió a pisar fuerte cuando la pelota quemaba y sacó a relucir su mística inigualable para quedarse con otra serie memorable y avanzar de ronda.