Hace pocas semanas te contamos en Continental Web que el multimillonario hongkonés Calvin Lo es uno de los emprendedores chinos con ganas de entrar a la F1. En su caso, está todo el dinero, pero falta completamente la estructura física, humana y organizativa de un equipo de carreas.

Panthera Team Asia, proyecto de escudería de F1 ya rechazado en la anterior apertura de concurso para ingresar a la máxima, está avanzado como proyecto, pero carece de los morlacos para viabilizar el proyecto. Ahora, Lo ha reconocido que comenzó a hablar con los adalides de Panthera para confluir en un único proyecto. Y reiteró un secreto a voces en el Paddock: más de un motorista de Extremo Oriente está con ganas de entrar a la F1 en 2026, y no es ajeno a esta nueva trama que comienza a hilarse (¿Será la china Geely o la coreana Hyundai?).

"En lo que respecta a Panthera Team Asia, estoy de acuerdo con ellos en que el Este es un gran mercado para la Fórmula 1. Hay marcas de motores que sé que están interesadas en llegar a la parrilla como suministradores. Ya hemos empezado a hablar y veremos cómo se desenvuelven las cosas en las próximas semanas", declaró Lo al sitio web Planet F1.

El empresario piensa en viabilizar y estabilizar la estructura a cinco años vista y, a diferencia de los dirigentes de Panthera (cuyo objetivo es meramente ‘estar’), cree que un equipo asiático debería “aportar nuevas ideas” a la parrilla. "Son tiempos muy ilusionantes para el mundo de la Fórmula 1. La popularidad está creciendo y todos quieren ser parte de ella. Voy a participar allí y seguiré siendo estricto desde el punto de vista financiero. La economía tiene que tener sentido, no sólo para los nuevos equipos, sino para los que ya están en la parrilla", admitió Lo.

Sin embargo, agregó, "El problema no es el aspecto financiero nada más entrar, sino la sostenibilidad de un nuevo equipo en un periodo de tres a cinco años y más adelante. Al final del día, todos los que estén en Fórmula 1 deben aportar algo para hacer el espectáculo aún mayor. No estamos hablando de finanzas, también de nuevas ideas", terminó Lo.

Se habla de China y el Sudeste asiático como la próxima Meca económica cuya conquista le daría otro plus gigantesco a la F1, como está comenzando a ser Estados Unidos, con tres carreras y un nivel de popularidad inimaginable hace sólo un lustro.

Sin embargo, cabe un pero. Cuando Bernie Ecclestone, desde fines del siglo XX, comenzó a incorporar cada vez más destinos exóticos a la F1, notó la siguiente recurrencia: los Grandes Premios de países con alto PBI total pero bajo PBI per cápita (como la India o Malasia) no generaban grandes números para la F1, y a largo plazo no resultaban sostenibles.

En China, con un mercado de más de mil millones de personas en el que trescientos millones, sobre todo en las ciudades más cercanas a las costas, viven al nivel de los países más ricos de Occidente (aunque el resto tenga ingresos misérrimos en comparación con los asalariados occidentales), puede haber 'masa crítica' para que se genere un mercado atractivo de cara a la F1, pero esto es más difícil en el Sudeste asiatico, donde la realidad es similar pero dividida en muchos países. En este sentido, no es casualidad que, de todos los intentos de la F1 para plantar su semillita en Oriente Extremo, sólo haya dado frutos la sede de Singapur, pequeña nación con alto PBI per cápita y centro financiero de aquella región... junto con Tokio y Hong Kong. Quizá sea más factible en el mediano plazo generar un Gran Premio en Hong Kong que un equipo, que lleva muchos, muchos años (además del tute de ser ‘aceptado en el club’).

En cualquier caso, un proyecto sólido de Panthera-Calvin Lo, junto con el megaproyecto de Andretti-Cadillac, sería un golazo para la F1 y, también, una forma de empezar a desmontar el nefasto Pacto de la Concordia que rige hasta 2025, y que todavía guarda las rémoras del generado en 2012 por Bernie Ecclestone, responsable del abusivo reparto de recursos entre los equipos de F1: más de dos tercios para los tres grandes; menos de un tercio para los otros siete; ahí está la guita que les falta a Williams y Haas...