La Champions League, por segundo año consecutivo, no tendrá ni a Lionel Messi ni a Cristiano Ronaldo desde los cuartos de final. El Atlético Madrid de Diego Simeone ganó un partido difícil en Old Trafford por 1 a 0 sobre el Manchester United y dado que la ida había finalizado 1 a 1 se clasificó a la siguiente ronda del máximo torneo europeo. Renán Lodi convirtió el tanto decisivo.

La primera mitad fue pareja, pero el conjunto local parecía estar un poco más cerca del gol. Se dispuso a esperar cerca de la mitad de la cancha, a cercar a los volantes rivales y a presionar apenas detectado un signo de duda. Y en base esas recuperaciones, intentó ataques directos riesgosos.

El Aleti había manejado la pelota en zonas de la cancha no muy productivas, pero había insinuado con un par de combinaciones interesantes. De todos modos, poco que pudiese anticipar el enorme golazo que iba a convertir a los 41 minutos. Marcos Llorente y Rodrigo De Paul tocaron para lanzar a Joao Félix. El portugués hizo un rodeo y de taco se la dio a Antoine Griezmann, quien tiró un gran centro al segundo palo por donde apareció Renán Lodi para cabecear y sacar ventaja.

El equipo inglés reclamó dos infracciones en esa acción. La primera sobre Anthony Elanga en el inicio de la jugada, que no fue, y la segunda, un empujón de Llorente sobre Fred luego de darle la pelota a De Paul. Esa segunda acción sí fue falta, pero ni el árbitro ni el VAR lo detectaron.

En el segundo tiempo el equipo del "Cholo" pudo hacer lo que mejor sabe: refugiarse, retrasarse, juntar líneas y cederle la pelota al rival, que tenía toda la responsabilidad. Y lo hizo de manera magistral. Pasó 45 minutos sin mayor sobresalto que el del resultado corto, pero sin situaciones claras en contra.

El Manchester no tuvo creatividad ni ideas claras con la pelota, pero con el correr de los minutos ni siquiera encontró espacios para arremeter mediante centros frontales o remates de afuera. Fue muy bien custodiado y ningún futbolista hizo nada fuera de libreto. Se quedó afuera sin patear al arco en todo el segundo tiempo.

La máxima competencia de clubes perdió a dos de sus más grandes estrellas de este siglo. Ninguno de los dos está ya en condiciones de cargar con todo en sus hombros y no han sido acogidos por equipos con funcionamientos colectivos que los contengan o los potencien.

Para el atractivo individual, la ausencia de Cristiano Ronaldo es significativa. Para los que disfrutan del juego colectivo, el pasaje del Atlético a cuartos de final es lo más conveniente; a fin de cuentas, en 180 minutos de juego demostró ser un equipo superior.