La pesadilla de Independiente no tiene final: el elenco de Avellaneda, con el debut de Omar De Felippe como técnico, empató 0-0 con Independiente Rivadavia de Mendoza como local. Luego de cinco partidos en la segunda categoría, el Diablo sólo cosechó tres empates y dos derrotas. Un auténtico infierno.

Independiente soñaba con hallar un envión de la mano del nuevo técnico, aunque su rostro no lució para nada renovado. El 4-3-1-2, con Montenegro de enlace y el retorno de Fernández a la titularidad, fue tan inocuo como los avances del humilde rival mendocino (tampoco tiene victorias). El primer tiempo se jugó en el mediocampo, donde la fricción goleó a la creatividad sin piedad. El único recurso del local para inquietar fueron dos remates desde fuera del área.

La entrada de Pisano por Fernández procuró brindarle un socio a Montenegro. Presionado por su gente, Independiente fue a la carga con desesperación pero sin ningún resquicio de precisión. El elenco de De Felippe quedó partido y muy ancho, expuesto a las réplicas de la Lepra con Carboni y Rossi. El enojo de los hinchas creció a medida que pasaban los segundos. Impotencia y bronca.

Al Rojo el tiempo se le consumió entre intentos individuales y centros sin dirección. Penco tuvo su chance dentro del área a cinco del final: la tiró muy desviada. A pesar de su nuevo cuerpo técnico, la maldición del Diablo sigue más firme que nunca.