Luego del escándalo vivido en Australia, de donde Novak Djokovic fue deportado poco después de llegado al aeropuerto por motivos vinculados a la exención que había presentado para competir sin estar vacunado, el serbio rompió el silencio. En una entrevista con la BBC desmintió los rumores sobre su cambio de opinión y sostuvo que está dispuesto a perderse grandes torneos con tal de mantener su derecho a elegir.