Como se adelantó en la primera parte, hubo varias cuestiones que llamaron la atención durante la participación de Corea del Norte en el Mundial de Sudáfrica 2010. La extraña e inexpresiva hinchada que más tarde se descubrió que era contratada e integrada por chinos y no coreanos, no fue la única cuestión que llamó la atención el día del debut del equipo asiático.

Como todos los seleccionados del mundo, tenía 23 convocados para la cita máxima del fútbol. Sin embargo, el día del tan esperado primer encuentro, ante nada menos que Brasil, el gran candidato, en la delegación faltaron cuatro jugadores.

Los futbolistas en cuestión que sí figuraban en la lista de convocados no estaban en la cancha entre los titulares, ni en el banco de suplentes, ni en la tribuna. La FIFA, preocupada por el tema, comunicó públicamente que tampoco estaban lesionados, puesto que de otra forma lo sabrían.

Los desaparecidos eran Kim Kyong Il y Pak Sung Hyok, An Chol Hyok y Kim Myong Won. Este último ya había vivido una situación polémica, porque la organización del torneo permite convocar a 23 jugadores, pero tres de ellos deben ser sí o sí arqueros y él era en realidad delantero que habían querido hacer pasar por guardametas. Desde Corea del Norte habían apostado al desconocimiento mundial que había sobre sus futbolistas para poder agregar un atacante encubierto, pero la FIFA lo descubrió y advirtió que sólo lo podrían utilizar como arquero.

Inmediatamente, ante la falta de explicaciones para su ausencia, se dispararon las informaciones. El diario La Stampa de Italia aseguró que los jugadores en cuestión habían desertado para no tener que regresar a su país y que habían solicitado asilo con ayuda de algunos de los hinchas de otros países que se habían acercado a Sudáfrica. Además, había varios antecedentes de deportistas que habían aprovechado eventos deportivos para escaparse, por ejemplo, de Irak o Cuba.

Sin embargo, el gobierno norcoreano desmintió la información sin brindar mayores detalles. Un par de días después, los pocos periodistas habilitados para cubrir los entrenamientos del equipo reportaron que habían visto practicar a los 23 jugadores y en los dos partidos posteriores, los cuatro supuestamente fugados figuraron en el banco de los suplentes.

De todas maneras, ninguno ingresó un sólo minuto y el hecho de que la delegación de Corea del Norte nunca haya brindado ninguna explicación respecto de que sucedió con esos cuatro jugadores durante el primer partido, alimentó rumores de suplantación que nunca pudieron comprobarse.

Incluso, más allá de que por la poca información que surge desde el país asiático y de que hay huecos respecto a como fueron sus carreras, se sabe que al menos tres de los cuatro supuestamente fugados continúan jugando profesionalmente en su país.