Respecto del debut, River mejoró colectivamente. Pero, todo fue producto de lo hecho originalmente por el imparable de Julián Álvarez, quien volvió a lucirse en el Monumental. El mejor jugador de la liga local rescató al Millonario en un momento difícil, convirtió tres goles y fue la gran figura del 4 a 1 de su equipo frente a Patronato. Gabriel Gudiño había puesto en ventaja al visitante y Juan Fernado Quintero convirtió el último del local.

El trámite del partido fue claramente condicionado por un gol tempranero, cuando el juego todavía no se había armado. El Millonario perdió la pelota en la salida pero se acomodó rápido y cuando el peligro parecía cesar, Gudiño tiró un centro desde la izquierda, la pelota se desvió en Paulo Díaz, le pasó por arriba a Franco Armani y se metió en el segundo palo.

El local no pasaba un gran momento en el juego y repetía algunos de los errores sorprendentes del duelo ante Unión. Imprecisión en los pases, controles defectuosos e impropios de la jerarquía de sus jugadores y carencia de juego externo para poder abrir al rival.

Pero a los 20, sin demasiado preámbulo, Álvarez comenzó a presentarse en la noche. David Martínez metió un pase cruzado sensacional de 60 metros para Andrés Herrera que metió un centro de volea. El 9 apareció solo, controló y aprovechó la duda del arquero Matias Mansilla, que no salió ni atoró al delantero, y cabeceó suave contra un palo.

Luego de ese empate salvador, algunas piezas del equipo de Marcelo Gallardo comenzaron a engranar de otro modo. Las subidas de Herrera fueron más constantes y Enzo Fernández se hizo mucho más presente en el juego.

10 minutos después del primer tanto, el mejor jugador del fútbol argentino volvió a aparecer en su esplendor e inventó un gol de la nada. Fernández armó una buena pared con Simón y luego asistió bien a Álvarez, pero como para que tire un centro. Sin embargo, el atacante, casi sin ángulo sacó un misil al primer palo, venció a Mansilla y dio vuelta la historia. A pesar de las virtudes del goleador, en ambos tantos hay cierta responsabilidad del arquero.

Como si todo eso no hubiese sido suficiente, el cordobés convirtió uno más. En el arranque de la segunda mitad, antes de los cinco, Tomás Pochettino aprovechó una pelota sin dueño. que los defensores del Patrón nunca terminaron de rechazar, metió un buen pase entre líneas y ubicó al Araña, quien definió violento y cruzado, sin darle tiempo a responder a Mansilla y marcó el tercero.

Con la historia definida, River se floreó y hubo tiempo para que Juan Fernando Quintero vuelva a convertir en el fútbol argentino. Fernández que también redondeó un gran encuentro armó una gran jugada por la izquierda, escapó de la marca y de la ralla y asistió al colombiano, quien aprovechó la salida de Mansilla para zambullirse. Pablo Dóvalo compró, sancionó un penal inexistente y el propio volante creativo lo cambió por gol.

El equipo del "Muñeco" todavía está lejos de su potencial e incluso del nivel mostrado sobre el final del 2021. Mejoró como equipo respecto al debut, pero todo a partir de la confianza generada por un jugador en absoluto estado de gracia. Álvarez está capacitado para ganar partidos con cada una de sus intervenciones y eso lo hace diferente.