A pesar de que ambos equipos habían vuelto a jugar el pasado fin de semana luego del receso por las fiestas, pareció un partido de pretemporada. Inter y Juventus jugaron un partido muy malo, pero el equipo de Milán pudo imponerse por 2 a 1 en la última pelota del partido. Weston McKennie abrió la cuenta para los de Turín, Lautaro Martínez empató y Alexis Sánchez en la última del tiempo suplementario le dio el triunfo al Neroazzurro.

Lo poco que pasó en un partido muy chato se dio en la primera mitad. A los 25 minutos, Álvaro Morata rescató una pelota sobre el sector izquierdo, enganchó y tiro un centro. El estadounidense McKennie apareció solo en el área chica y definió de cabeza para poner a su equipo en ventaja.

10 minutos después, el árbitro sancionó un penal un tanto dudoso en favor del Inter. Edin Dzeko llegó un segundo antes a la pelota y se derrumbó cuando Mattia De Sciglio se le acercó. De penal, Lautaro Martínez empató.

Todo lo que pueda decirse del segundo tiempo está de más. Ambos equipos parecieron hacer un pacto de no agresión y no se atacaron una sola vez. El trámite rozó el absurdo por la poca intención que tuvieron ambos de llegar al arco rival.

El empate llevó al alargue donde la historia fue la misma: nada pasó, hasta el final. Porque cuando todo parecía indicar que el partido se definiría en los penales, apareció el único jugador que pareció querer firmemente un desenlace distinto de partido.

En el minuto 121 de partido, Matteo Darmian recibió un centro en el área, intentó controlarla, tiró un sombrero y cayó, pero el chileno Alexis Sánchez apareció con enorme ímpetu, definió y torció una historia que parecía sentenciada.

Inter, campeón de la última Serie A y puntero de la actual se consagró en la Supercopa de Italia, torneo que no ganaba desde el 2010, cuando todavía era dirigido por el español Rafa Benítez.