Cuánto más grande es un club, más fuerte suena su caída. Y el sonido del descenso del Gremio retumbó en todo el mundo. Uno de los clubes más importantes de Brasil descendió a la segunda categoría a pesar de haberle ganado al campeón, Atlético Mineiro, por 4 a 3 en la última fecha.

El milagro estuvo cerca: el conjunto de Porto Alegre necesitaba ganar y que pierdan Juventude y Bahía. El equipo del norte de Brasil efectivamente cayó ante Fotaleza, pero Juventude consiguió ganarle a Corinthians que indirectamente fue verdugo del Tricolor Gaúcho.

Por muchos motivos, el descenso de Gremio resulta sorpresivo. Hace cuatro años se consagró campeón de la Copa Libertadores de la mano de Renato Gaúcho. Esa temporada le ganó la final a Lanús y desde entonces se transformó en un gran animador de los torneos más importantes del continente.

En 2018 le ganó la Recopa Sudamericana a Independiente por penales, cayó en una polémica semifinal frente a River, en la previa del superclásico en Madrid y en 2019, hace solo dos años, también alcanzó la instancia previa a la final y fue derrotado por el campeón, Flamengo.

A principios de este año, Renato, el DT campeón que había sido ídolo como jugador, fue destituido por malos resultados. El principal motivo fue haber quedado afuera de la Copa Libertadores en fases previas contra Independiente del Valle. El gigante Gaúcho cayó en Copa Sudamericana, donde ganó su grupo y se perfilaba como candidato, pero por gol de visitante quedó afuera en octavos de final contra la Liga de Quito. Desde entonces pasaron entrenadores de larguísima trayectoria como Tiago Nunes, el campeón mundial Luiz Felipe Scolari y Vágner Mancini.

Todo esto habla de un equipo que estaba para pelear cosas importantes y no para sufrir con un posible descenso. Incluso, su plantel cuenta con varias figuras de mucho peso: Rafinha, ex lateral del Bayern Munich, Lucas Silva, volante central que pasó por el Real Madrid, Jaminton Campaz, joven promesa del fútbol colombiano y la máxima figura, Douglas Costa, llegado hace menos de seis meses desde la Juventus. Además, son parte del plantel los argentinos Walter Kannemann y Diego Churín.

Más allá de su inmensa historia y de su poderoso equipo, no pudo evitar caer a la Segunda División como consecuencia de un torneo que tiene una competitividad muy alta: no hay promedios y descienden todos los años los últimos cuatro.

Será la tercera vez que Gremio juegue en la tercera categoría. La primera fue tras el descenso en 1991 y la segunda en 2004, consiguiendo volver un año más tarde en uno de los partidos más épicos de la historia de Brasil.