La nefasta gestión de Hugo Moyano ha llegado a niveles tan bochornosos como ridículos. Ha acumulado una incontable cantidad de episodios dignos de una ficción. Desde la traducción del apellido del jugador Bryan Cabezas como "Bryan Heads", hasta la absurda respuesta dada hace un par de semanas ante los reclamos de los hinchas que pedían su salida: "¿Que quieren que haga yo".