Banfield derrotó a Independiente 4 a 1 con toda justicia, fue superior durante todo el partido y dejó al Rojo casi sin chances de Copa Libertadores y arriesgando su clasificación a la Sudamericana.

El Taladro fue un aluvión de dinámica y velocidad desde el principio y con gol de su primer central, Maldonado, se puso en ventaja antes de los dos minutos. De todos modos no le bastó con eso. Presionó la salida de los de Avellaneda hasta los 25 minutos y le generó varias ocasiones que desperdició.

Luego de ello, llegó el único momento de Independiente con cierto predominio. Banfield se cansó y el Rojo empezó a llegar, Lucas González estrelló una pelota en el palo, merodeó, y en una jugada fortuita, Silvio Romero le pegó, rebotó en el taco de un defensor, rebotó en el travesaño y le cayó a Maldonado, que había convertido el 1 a 0, solo, sin nadie cerca, y convirtió el empate, en contra, sin explicación.

Fue la única mancha de Banfield. Desde allí volvió a manejar el juego, aunque se fueron al descanso 1 a 1.

El segundo tiempo fue un baile. El Taladro fue un equipo de estos tiempos, velocidad, profundidad, desequilibrio, y el Rojo, ni siquiera fue un equipo, fue Domingo Blanco y nadie mas. Sin dinámica, sin resto físico, sin espíritu, sin nada.

A los 15 llegó un córner al primer palo, Cruz peinó, el arquero de Independiente Sosa, salió a cualquier lado, hubo un rebote y Lollo puso el 2 a 1.

Dos minutos después se fue expulsado Sergio Barreto por segunda amarilla y el partido terminó para Independiente. No para Banfield, que siguió metiendo goles. Otro centro y Galoppo puso el tercero y a falta de cinco minutos fue Joel Soñora quien redondeó el resultado.

El papelón de Independiente parece ser el fin de una etapa de mucha decadencia. Hay elecciones en diciembre, se termina el contrato de Julio Falcioni, y algo deberá pasar para que se cambie un rumbo nefasto en el club de Avellaneda.