La Selección Argentina de futsal dio un nuevo golpe histórico. Le ganó en la semifinal del Mundial de Lituania por 2 a 1 a Brasil y se metió en la final, tal como hace cinco años pasó en Colombia. Cristian Borruto y Constantino Vaporaki abrieron la cuenta en el primer tiempo y Ferrao descontó. En el segundo tiempo fue fundamental una defensa férrea y la actuación del arquero Nicolás Sarmiento.

No solo era un clásico y un partido muy difícil ante un poderoso de siempre, sino también un choque de estilos. Por un lado, las estrellas y la apuesta total al talento individual de Brasil y por el otro el trabajo sacrificado, colectivo y con gran disciplina defensiva de Argentina. El conjunto nacional no sólo ganó sino que además impuso definitivamente su filosofía.

Casi todo el partido fue muy disputado y parejo. En la primera mitad fue clave Borruto, que en el primer tanto remató cruzado para que asegure Vaporaki y en el segundo apareció en un tiro de esquina para atrás de todos para convertir. 

Cuando comenzó el segundo tiempo hubo unos cinco minutos de ida y vuelta y alto ritmo en los que Argentina intentó aprovechar la oportunidad en algún contraataque. Pero cuando esa furia bajó, el equipo que dirige Matías Lucuix sacó a relucir su inteligencia y su sacrificio para no darle chances al rival. Tan sólo sufrió por la jerarquía del rival, pero hizo un trabajo notable, casi sin fisuras.

El próximo domingo a las 14 el equipo nacional jugará su segunda final del mundo de manera consecutiva, luego de la consagración frente a Rusia en el 2016. Se enfrentará contra el ganador de Portugal - Kazajistán, que tendrán que definir la otra semifinal.