Después de treinta años, All Boys regresó a la máxima categoría del fútbol argentino.

Fue tras derrotar por 3 a 0 en una actuación histórica a Rosario Central, en el mismísimo Gigante de Arroyito.

Tras finalizado el encuentro, hubo incidentes entre los hinchas rosarinos y la Policía.

La afición ya estaba furiosa antes del partido con el presidente Usandizaga, a quien acusa de, pese al mayor ordenamiento administrativo respecto de sus predecesores, el dislate en el manejo del fútbol profesional. Por ello, le exigían la renuncia.

Con un planteo digno pero con una humildad técnica evidente, el conjunto de Floresta convirtió en sus dos primeros ataques, ante un conjunto Canalla que iba tozudamente a buscar el gol que le diera la tranquilidad (pese a que el empate le aseguraba la categoría, por la ventaja deportiva que se les otorga insólitamente a los equipos de la categoría superior en las Promociones).

El cuadro de Madelón se fue abucheado en la primera parte, pero en la segunda las cosas siguieron igual, y el tercer gol le puso la lápida al conjunto rosarino, quizá el que cuenta con mayor hinchas en el Interior y probablemente el sexto club en cantidad de hinchas en todo el país, pero que ahora jugará (por cuarta vez) en la segunda categoría nacional, desde que comenzó a jugar los torneos de AFA.