Alguna vez escuché, en una discusión entre un argentino y un catalán, esta frase de boca del compatriota: "Sin el enano nuestro ustedes no eran nada y cuando se vaya vuelven a ser nada". Cariñosamente se refería a Lionel Messi, con esa forma particular en que se manifiesta el afecto en estos lares. No le pudo responder el Catalán.