Los punteros y líderes del campeonato habían parado a cambiar cubiertas, y el mexicano Checo Pérez, compañero de Max Verstappen en Red Bull, se mantenía en pista con neumáticos totalmente desgastados, pero en la punta, por tales detenciones.

Lewis Hamilton lo alcanzó enseguida, pero Max Verstappen, tapado por rezagados, había quedado a mas de 10 segundos. Desde el equipo Red Bull le pidieron a Pérez que resistiese el ataque del inglés y vaya si lo hizo.

En inferioridad de condiciones, con un auto mas lento y neumáticos en pésimas condiciones, peleó duramente a lo largo de una vuelta con el siete veces campeón del mundo. Hamilton lo pasó, pero Checo recuperó la posición, la siguió defendiendo y cuando ya no pudo más, Verstappen había quedado a un segundo y medio de Hamilton.

El neelandés, entusiasmado, grito por el micrófono de su casco "¡¡¡Checo es una leyenda!!!". Fueron maniobras verdaderamente heroicas del mexicano. Al final, mostrando su calidad de compañero de equipo, cuando detectó que su auto podría perder potencia y quedarse en la pista, decidió abandonar para evitar que un auto de seguridad arruinase la victoria de su compañero.

"Hay que darle crédito a Checo, porque es un gran jugador de equipo y un gran compañero", dijo Max Verstappen, el campeón del mundo, ni bien terminó la carrera.