De cumplirse la profecía, los Estados Unidos serán “predeciblemente impredecibles”, como prometió Donald Trump. Tanto que, de ser presidente, reparará los errores de Barack Obama y de su primera secretaria de Estado, Hillary Clinton, presumible candidata demócrata. ¿Cómo? Con una consigna: “Los Estados Unidos primero”. Eso implica aumentar el despliegue militar, destruir al Daesh (Estado Islámico) y revisar acuerdos regionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), firmado con México y Canadá en 1994. “Un desastre total, que deja maniatado al país”, juzgó.