En síntesis, Donald Trump abusó de su poder con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, que “está en guerra con un adversario” de Estados Unidos, Rusia, para “hacer el trabajo político sucio”. El de embarrar la cancha del exvicepresidente Joe Biden, precandidato para las presidenciales de 2020, según la lectura demócrata. Pero, recalculando, según la lectura republicana, no lo amenazó con el bloqueo de un paquete de ayuda militar por 391 millones de dólares, algo así como la décima parte del presupuesto de defensa de ese país, ni quiso seducirlo con una invitación a todo trapo a la Casa Blanca.