San Cayetano te pido
Que tenga pan y trabajo
No nos dejes sin tu ayuda
Bendito San Cayetano
El que debe responder
No ha de ser San Cayetano
Los que deben responder
Están mirando a otro lado



El rezo laico del Peteco Carabajal nos dice que el trabajo dignifica y significa. El trabajo y el amor son los dos motores que mueven el mundo. Nuestra vida y la de nuestra familia, gira alrededor del trabajo. Es lo que nos permite crecer y multiplicarnos. Multiplicar los panes y los peces. Desarrollar nuestras capacidades. Sacar lo mejor que tenemos adentro. Es el orgullo que llevamos en el pecho.

El sacrificio personal, la superación constante, la cultura del esfuerzo que heredamos de nuestros viejos y nuestros abuelos. Es un mandato de la vida desde el fondo de los tiempos. Es un mandato ético y bíblico que nos recuerda eso tan sabio de que ganarás el pan con el sudor de tu frente. Hay pocas cosas más horrorosas que no tener trabajo. Con excepción de la muerte, es lo más doloroso. Es como morir en vida. Un desocupado es alguien que no tiene ocupación. Que fue condenado a ser pero a no ser. Los desocupados son los desaparecidos de estos tiempos. Se los intenta borrar de todos lados. Hasta de las estadísticas oficiales. Eso no hay que permitirlo.

Se avanzó mucho en la creación de cinco millones de puestos de trabajo. La presidenta lo repite hace varios años en cada discurso. Y es cierto. Pero todavía falta mucho más. Y decir toda la verdad. Por ejemplo que hace tiempo que se entró en una peligrosa meseta y que se frenó la creación de empleo. Recién ayer lo reconoció tardíamente el ministro Carlos Tomada. Pero ahora la cosa es peor. Hay actividades donde se está destruyendo el empleo. En el último semestre se perdieron 360 mil puestos. La mezcla entre alta inflación, desplome de la inversión y freno de la economía es letal.

Este país no se puede permitir que haya hermanos sin trabajo. Siempre digo que la historia juzgará a los gobernantes por la cantidad de trabajo genuino y en blanco que puedan generar. La historia condenará o absolverá a los presidentes por este motivo. Porque es la medida de la justicia social plena. Esa es la manera de hacer una sociedad más igualitaria y más equitativa. Es una afrenta a nuestra conciencia que haya tantos trabajadores en negro. No existen, no están registrados, se los borra de los libros, los expulsan a la marginalidad. Trabajo en blanco para todos. Esa debería ser la consigna del mejor de los gobiernos.

Lo grita Jairo con Atahualpa cuando dice: “Trabajo/quiero trabajo/Porque esto no puede ser/ No quiero que nadie pase/ las penas que yo pasé/ Porque todos estamos a tiro de telegrama. Todos podemos quedar desocupados y sufrir el desprecio de no tener precio. De estar depreciados y despreciados. De sentirnos abandonados y por eso abandonar. Mientras mas desocupados hay en una patria mas fragmentada está. Más quebrada en sus cimientos. Un estudioso como Jeremy Rifkin dice que por cada punto que aumenta la desocupación, crece un 4% la criminalidad. Es como desquiciarse, perder el rumbo, quedarse sin futuro. Sentir vergüenza ante la familia. El desgarro de no poder ser proveedor de tus hijos.

Uno está habilitado a creer que por cada punto que aumenta la ocupación, hay un 4% mas de seguridad y paz en la sociedad. Nos hacemos mejores personas, mas humanas, menos rapaces. Insisto con una idea. Se hizo mucho en estos años pero falta mucho. Hay 11 millones de beneficiarios de planes sociales. Y esa es una moneda de dos caras.

Atiende la emergencia y eso es solidaridad básica pero, en algunos casos, los condena a no volver a integrar la fuerza de trabajo. Y encima ahora esos 270 pesos que reciben están deshilachados por la inflación que se niega. Las mentiras del INDEC no nos permiten hacer un diagnóstico riguroso. El que esconde desocupados o pobres hace salvajismo de estado. Comete un ocultamiento de lesa humanidad. Porque los borra del mapa, los ningunea. El talento de Alejandro Lerner lo dice todo: “Que no nos falte el trabajo, ni las ganas de soñar, que el sueño traiga trabajo y el trabajo dignidad”.