Seis años y monedas después de la Primavera Árabe, Egipto restauró el estado de emergencia. La medida, en vigor durante 83 de los últimos 103 años, aumenta los poderes de la policía e restringe la libertad de movimiento. El presidente Abdel Fatah al Sisi echó mano de ella, con la venia del Parlamento, después de los atentados contra la Catedral de San Marcos, en Alejandría, y la Iglesia de San Jorge, en Tanta.