Dos estruendos y un silencio. Un silencio cargado de tensión. El de Nicolás Maduro, impávido como su mujer, Cilia Flores, poco antes de ser evacuados del escenario. Maduro instó a los venezolanos por enésima vez a acompañar a su gobierno. “Ha llegado la hora de la recuperación económica”, clamó, también por enésima vez. Y se calló, mirando al cielo. Dos drones, “que contenían una carga explosiva que detonó en las cercanías de la tarima presidencial y en algunas zonas del desfile”, habían sido derribados por francotiradores, según Jorge Rodríguez, vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo de Venezuela.