De ser por Donald Trump, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, “debería frenar ahora mismo esta caza de brujas amañada”. Lo exigió vía Twitter el día que comenzó el primer juicio vinculado con la investigación sobre la intromisión de Rusia en las presidenciales de 2016. Estaba en el banquillo Paul Manafort, su exjefe de campaña. Lo declararon culpable de ocho de los 18 delitos por fraude fiscal y bancario que le imputaba el fiscal especial Robert Mueller, encargado del caso. La sentencia coincidió con la confesión de Michael Cohen, exabogado personal de Trump, sobre el pago a dos mujeres por callar sus relaciones sexuales con el ahora presidente cuando era candidato.