Desde el final de la Guerra Fría ha bajado en forma significativa el número de armas nucleares en poder de Estados Unidos y de Rusia, según la Federación de Científicos Americanos. Un dato halagüeño. Hasta cierto punto, en realidad. Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), teme que la tendencia se revierta. Estados Unidos acusó a Rusia en 2017, como en 2014, de violar un tratado de 1987 que impedía desplegar en secreto un nuevo sistema de misiles balísticos o de crucero de alcance intermedio (capaces de recorrer entre 500 y 5.500 kilómetros).