Los cierres de fronteras por el coronavirus están haciendo más estragos en Europa que el Brexit, pero todo tiene un límite. Hasta los eslóganes políticos en un año electoral. La puja entre Donald Trump y una compañía alemana de biotecnología para apropiarse de las vacunas y los agentes antivirales contra el COVID-19, de modo de utilizarlos primero en Estados Unidos, revela mezquindad en tiempos de incertidumbre y solidaridad. Reacciones encontradas frente a la dimensión desconocida. La de los líderes. En la controversia se vio envuelta la canciller Angela Merkel. La empresa, CureVac, refirmó su compromiso con Alemania.