En un mapa latinoamericano que gradualmente se destiñó de pretendidas izquierdas con capitalistas amigos, Andrés Manuel López Obrador parece desentonar, aunque su discurso diste de emparentarse con el de aquellos que le desearon la victoria, como Cristina Kirchner, Rafael Correa y Ernesto Samper, entre otros. En tiempos de Donald Trump cambió el mundo y cambió México. Y también cambió López Obrador, antes cercano a Hugo Chávez, ahora empecinado en dar vuelta la tortilla en un país sumido en la inseguridad, la impunidad y la corrupción bajo el estigma del narcotráfico. Más de 130 políticos y siete periodistas han sido asesinados este año.