En los Estados Divididos de América, como supo llamarlos la revista Time para concederle a Donald Trump el título de personaje del año en 2016, la Cámara de Representantes dio luz verde al desmantelamiento de uno de los pilares de la presidencia de Barack Obama: el sistema federal de salud, llamado despectivamente Obamacare. La medida, aprobada en forma previa por el Senado, reprime la intromisión del gobierno federal en las competencias de los Estados. Cuenta, en su esencia, con el respaldo de los legisladores republicanos, celosos de ese tipo de injerencias, pero también despierta dudas entre ellos sobre el futuro del sistema de salud.