Es un personaje nefasto por donde se lo mire. No es casual que en todas las encuestas, Luis D’Elía aparezca como el argentino con mayor imagen negativa. Es violento y por eso golpeó en la calle a un productor agropecuario y tuvo la irresponsabilidad de violar la ley y tomar por la fuerza una comisaría. Su tarea es inocular veneno en una presunta lucha de clases que defiende casi en soledad. Odio a la oligarquía. Te odio a vos y a todos los que viven como vos, llegó a decirle a nuestro querido Fernando Peña, que en paz descanse. Es casi el único ex funcionario que se atreve a ser el vocero de Irán con todo lo que eso implica. Mira para otro lado con la violación a los derechos humanos sobre todo de las mujeres en el país de Majmud Amadinejad.

No repudia las declaraciones negacionistas del holocausto ni se inmuta porque todos los indicios que se disponen responsabilizan a Irán del atentado terrorista a la sede de la AMIA. Varios funcionarios iraníes están prófugos de la justicia argentina y para D’Elía es porque la CIA y los servicios secretos israelíes operan en ese sentido. Semejante xenofobia lo llevó a tener insultos antisemitas a dos dueños de medios kirchneristas como Sergio Szpolski y Diego Gvirtz. Los denunció por censurarlo en sus programas pese a que estaban recibiendo millones por parte del estado y también los vinculó al Mossad.

Por eso le digo que es un personaje nefasto por donde se lo mire. Anoche, Jorge Lanata, mostró evidencias contundentes de calaña ética y moral respecto de los más pobres de los pobres que dice defender. Irregularidades de todo tipo. Gente muy humilde que con un gran esfuerzo pagó las cuotas y todavía no le dieron las escrituras en el barrio San Javier, en el corazón mas necesitado de La Matanza. Algunos exhibieron la boleta de depósito que iba directamente a la cuenta bancaria personal de Luis D’Elía y no a la cooperativa. Ahora les quieren cobrar otra vez y a los que se quejan, a los que asoman la cabeza, duro con él. Camionetas con alrededor de 15 patoteros amenazan con quemarles la casa o cagar a tiros a los que no se disciplinan a lo que les ordena D’Elía. Hay denuncias en las comisarías por estas amenazas, insisto, a gente marginal que solamente tiene un futuro de exclusión.

Fue duro Lanata en este punto: “vos le afanas a los pobres y no hay peor hijo de puta que eso. Junta coraje y roba un banco”, le dijo. Como si esto fuera poco, D’Elía que siempre se enorgulleció de vivir en el asentamiento El Tambo, y hasta el número de lote decía, acaba de terminar en Cañuelas una hermosa casa grande de dos pisos, con pileta y cancha de fútbol que dice haber comprado con un crédito hipotecario. Pero los privilegios por pertenecer no terminan allí. No creo que haya demasiados casos entre los vecinos de El Tambo que tengan a todos sus hijos trabajando en el ANSES con sueldos nada despreciables. Anoche se mostraron recibos de sueldos, descubiertos por Perfil donde Pablo, por ejemplo cobró en agosto 27 mil pesos en total pese a que su salario es de 14 mil pesos mensuales. O Aimé que cobró 22 mil pesos con un sueldo de casi 11 mil pesos.

Facundo se llevó ese mismo mes 24 mil pesos con un salario de 7.600 pesos. D’Elía solo exhibió el recibo de sueldo del mas chico de sus hijos que gana poco mas de 5 mil pesos. Su esposa es diputada y por lo tanto en agosto la familia embolsó más de 90 mil pesos, lejos de los 6 pesos por día que dice el gobierno que se necesitan para comer. Y solo estamos contando los ingresos legales.

Así vale la pena ser militante y entregar la vida por la causa. Porque en su momento también amenazó con apelar a las armas para defender a Cristina si fuera necesario. Es peligroso que semejante energúmeno esté respaldado por la conducción del estado y por Cristina Fernández de Kirchner. Es incomprensible que la presidenta la de un lugar en la conducción de su agrupación preferida llamada Unidos y Organizados. Hasta Amado Boudou, investigado en varias causas por corrupción anduvo por el barrio prometiendo soluciones. Jorge “El Mono” Nuñez que fue compañero de D’Elía pero que se abrió cuando vio todo esto lo calificó de “caradura y delincuente”.
 
Muchos vecinos se sienten estafados y extorsionados. Si Luis D’Elía es el dirigente de nuevo tipo que proponen para mejorar la democracia estamos en problemas. D’Elía se aprovecha de las puertas que le abren y del poder que le ofrecen. Para ese tipo de situaciones, la sabiduría popular inventó un dicho que lo dice todo: la culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer.