La Copa América vuelve a Argentina, el país que la vio nacer hace 95 años. Y el jugador argentino Lionel Messi será el estandarte para que la albiceleste consiga el título de la 43 edición. A las puertas de su centenario, este campeonato vuelve a concentrar el mejor fútbol del continente americano y se consolida como el torneo de selecciones más antiguo del planeta.

La Copa América es más que 699 partidos disputados o 2.327 goles marcados en sus 42 ediciones. Es el fútbol de las estrellas mundiales y la emoción de un continente. Estarán los de siempre, las diez selecciones sudamericanas y dos invitados como es tradición desde 1993. En esta ocasión los convidados son México y Costa Rica, ante la ausencia de Japón que ha declinado la invitación tras el devastador terremoto del pasado 11 de marzo que causó miles de muertos.

Casi un siglo ha transcurrido desde su primera edición, en 1916, en la que participaron sólo cuatro combinados: Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Un evento deportivo que formó parte de los actos de celebración del Centenario de la Independencia de Argentina mientras Europa vivía de lleno la Primera Guerra Mundial (1914-1917) y lloraba a sus más de ocho millones de muertos.

“De un arte finísimo, comparado al ballet” calificó la Copa de América el periodista uruguayo Diego Lucero (1901-1995), el único que cubrió de forma ininterrumpida los mundiales de fútbol organizados por la FIFA desde la edición de 1930 en Uruguay hasta la de 1994 en Estados Unidos, y que también asistió a la mayoría de ediciones de la Copa América.

Lucero consideraba que el campeonato suramericano en sus primeros años era “el certamen futbolístico más importante del mundo, jugado por los más habilidosos futbolistas del planeta en una armonía total en el juego de conjunto, como una orquesta de afinación perfecta”.

El torneo se denominó oficialmente "Campeonato Sudamericano de Fútbol", se disputó en Buenos Aires del 2 al 17 de julio de 1916, correspondiendo a Uruguay y Chile el honor de abrir la competición. Fue en el estadio de Gimnasia y Esgrima y el lance concluyó con victoria uruguaya por 4-0. José Piendibene saboreó la gloria de ser el primero en anotar un gol en la entonces recién nacida competición.

En el ecuador del torneo, el 9 de julio, el uruguayo Héctor Rivadavia Gómez gestó la creación de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF o Conmebol), la más antigua de las confederaciones continentales afiliadas a la FIFA, que a partir de entonces se encargó de todo lo relacionado con la competición.

URUGUAY, EL PRIMER CAMPEÓN.

Los uruguayos ganaron la primera edición con dos victoria sobre Chile (4-0) y Brasil (2-1) y un empate (0-0) ante Argentina. El encuentro final ante los anfitriones, el 16 de julio, disputado también en el estadio de Gimnasia y Esgrima fue suspendido a los cinco minutos por una invasión de los espectadores. Se reanudó un día después, en el campo del Racing de Avellaneda, sin goles y coronando a los uruguayos como primeros campeones por los resultados anteriores.

Un año después, en 1917, la competición viajó a Uruguay. Allí se jugaron un trofeo de plata, ya como Copa América, adquirido en una joyería de Buenos Aires.

La final, entre uruguayos y argentinos, fue relatada por Diego Lucero como “un lance de caballeros, una lucha de titanes, una expresión cabal de fútbol jugado por verdaderos maestros de este deporte”. Venció Uruguay 1-0 e inscribió su nombre al pie de la Copa América.

Desde entonces, la competición fue cumpliendo ediciones. La intención era que se celebrara cada año, pero una epidemia de gripe en Brasil impidió que se disputara en 1918 y se aplazó al año siguiente. En los 21 primeros torneos, hasta 1949, las selecciones de Argentina y Uruguay acapararon la mayoría de los títulos, nueve y ocho, respectivamente, mientras que Brasil sumó tres y Perú, uno.

SE SUMAN PAÍSES A LA IDEA.

A los cuatro socios fundadores se les unió Paraguay en 1921, Bolivia en 1926, Perú en 1927, Ecuador en 1939, Colombia en 1945 y Venezuela en 1967, cerrando el ciclo de las diez selecciones sudamericanas en el torneo. Mucho más tarde, en la edición de 1993 disputada en Ecuador, la Copa América abrió sus fronteras a nuevos países, ampliando a doce el número de participantes.

México y Estados Unidos fueron los primeros. Precisamente los mexicanos han sido quienes mejor han aprovechado esa oportunidad, alcanzando en dos ocasiones la final (1993 y 2001) y consiguiendo el tercer puesto en los campeonatos de 1997, 1999 y 2007.

Los otros invitados de la Copa América han sido los estadounidenses, en tres ocasiones (1993, 1995 y 2007); Costa Rica, también en tres (1997, 2001 y 2004); Honduras, en una (2001) y Japón, la única selección no americana, en 1999.

En total, la nómina de selecciones que adornan la historia de la Copa América ha sido de quince, aunque sólo siete países han levantado el trofeo más viejo de la historia futbolística: Uruguay y Argentina, cada uno de ellos en catorce ocasiones; Brasil en ocho; Paraguay y Perú, en dos ediciones respectivamente; una vez Bolivia y otra Colombia.

La última Copa América disputada en Venezuela 2007 ha servido para engrandecer aún más esta competición y cerrar un ciclo de rotaciones, iniciado en 1987 en Argentina, y que la ha llevado por cada uno de los diez países sudamericanos.

“Debemos sumar la satisfacción por haber cerrado el primer ciclo de competencias continuas y rotativas, por las cuales la Copa llegó a los diez países”, explicaba el presidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz. “Desde Argentina 1987 a Venezuela 2007, el cronograma se ha cumplido sin alteraciones”, añadía el mandatario del fútbol sudamericano al cerrar el campeonato venezolano.

Además, esta última edición ganada por Brasil, contó con un dato a destacar: 86 goles, un registro que no se lograba desde la Copa de 1963 y que inspiraron las palabras de elogio del propio presidente de la FIFA, Joseph Blatter, presente en el torneo: “Se dieron las tres partes fundamentales para lograr un gran torneo: la infraestructura, con estadios maravillosos; la buena preparación de los equipos y la hospitalidad de la gente, el calor popular. Nunca la repercusión internacional de la Copa América fue tan fuerte. Y se ha jugado un fútbol fenomenal”.

UN TORNEO CON AIRE DE MUNDIAL.

La satisfacción de Blatter coincidía con la del presidente de la Conmebol quien alardeaba de la importancia que está adquiriendo la competición en las últimas ediciones. Leoz presumía de que se agotaran las entradas de los 26 partidos apenas se pusieron a la venta.

La trascendencia del trofeo, la urgencia de Argentina por ganar un título que se le resiste desde 1993 y la participación de la gran estrella del fútbol actual, Leo Messi, junto a las máximas figuras del continente, convierten a la XLIII edición de la Copa América en una competición con aire de Mundial.

La superación del torneo quedará demostrada desde su inicio, el próximo 1 de julio en el estadio de Ciudad de La Plata, el único techado de Sudamérica. La competición será seguida por televisión por unos doscientos países de todo el mundo (en Venezuela 2007 fueron 186) y espera superar la asistencia de aficionados a los estadios de hace cuatro años: 1.050.230, con un promedio de 40.393 espectadores por encuentro.

Además, la cita de Argentina también será la primera que se transmita en HD (High-Definition) y en la que Internet y las redes sociales estarán en pleno apogeo. Los aficionados que sigan la competición de 2011 podrán hacerlo en tiempo real en Internet y, a la vez, comentar y compartir impresiones con otros seguidores e incluso con muchos futbolistas que actualmente usan alguna de las redes sociales como twitter o facebook para contar sus vivencias.

La experiencia del Mundial de fútbol de Sudáfrica, que fue visto a través de Internet por un total de 26 millones de usuarios de países de América Latina, pone en una dimensión muy diferente a esta vieja competición que, casi cien años después, demuestra estar en todo su esplendor.


Por Juan A. Medina.