La filtración de los mensajes de texto durante la investigación del caso Lava Jato entre el juez Sérgio Moro, ahora ministro estrella de Jair Bolsonaro, y el fiscal Deltan Dallagnol dejó al descubierto una intencionalidad política reñida con la Constitución y el Código Penal de Brasil. La revelación de The Intercept, portal del periodista norteamericano Glenn Greenwald, echó un manto de duda sobre parte de la pesquisa que derivó en procesos judiciales en varios países de América latina y llevó a prisión a un centenar de personas. Entre ellas, Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en tiempo récord antes de las presidenciales de 2018.