Entre 1996 y 1997, Andrés Calamaro se reunió con el ex productor de Charly García, Joe Blaney para trabajar en las canciones que formaron parte de Alta Suciedad. Lo primero que se conoció de este disco fue “Flaca”, una canción pop que resume en poco más tres minutos, todo el concepto del disco. Con nueva banda, sale al ruedo para presentarse en extensas giras que lo llevaron a tocar por toda Argentina, España y México entre otros tantos países.
1998 lo encuentra trabajando, en largas y toxicas noches con su compadre musical Cuino Scornik y entre ambos componen sin descanso decenas de canciones que dieron vida a Honestidad Brutal, un disco doble en el que se destacan temas como Paloma, La parte de adelante y Te quiero igual entre otros. En estas canciones, Calamaro se muestra más afilado con las letras y más crítico de la situación social que se vivía en aquellos años.
Sin pausa y con tan solo una consola porta estudio de cuatro canales, sigue componiendo cientos de tracks que fueron parte de “El Salmon”, primer álbum quíntuple que se editó en Argentina. Tras la edición de El Salmon, decide radicarse en España y no salir de gira. Sin banda y sin ánimos de subirse a los escenarios se aleja de la música por unos años. Solo volvería con su guitarra para talonear al Bob Dylan en unos pocos conciertos ibéricos.